Versículo:
Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones,
los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.
Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;
y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo.
Lucas 10:29-37
Introducción:
Las personas que no conocen a Cristo, cuando ayudan a los demás, piensan que Dios va anotando puntos positivos para salvarlos,
cuando en realidad ayudar a los demás debe hacerse bajo ninguna interés Espiritual sino bajo las ordenes de nuestro corazón,
ese sentimiento de empatía y amor que sentimos por la necesidad de los demás.
PUNTOS PRINCIPALES:
Las oportunidades de Dios para ayudar a los demás
Dios constantemente nos da oportunidades para ser bendición a los demás.
Nuestra manera de reaccionar frente a esas oportunidades, dirán mucho de nuestra relación con Dios.
Jesucristo en su ministerio enfatizo mucho en la ayuda a los demás, era como si le “ayudaran a él”.
Esto lo dijo el Señor Jesús cuando enseñaba sobre el juicio final:
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis
Mateo 25:37-40
Debemos aprender a discernir las oportunidades que Dios nos da, porque podemos caer en la excusa del siglo XXI: NO TENGO TIEMPO.
¿Verdaderamente no tenemos tiempo para las oportunidades?
En el versículo que leíamos al principio hay una situación de afán, de falta de misericordia y de tiempo.
El sacerdote: Era el encargado de ministrar el servicio en el templo, los sacrificios, las ceremonias estaban a cargo de él.
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
Hebreos 10:11
El sacerdote de pronto iba a cumplir con su oficio en el templo, al ver a aquel hombre casi muerto pudo haber pensado que al invertir tiempo en ayudarlo llegaría tarde al servicio.
Dios hubiera preferido que auxiliara el necesitado a que llegara temprano a su servicio, pero por falta de discernimiento dejo pasar la oportunidad.
Lo mismo ocurrió con el Levita, ellos eran los encargados de ayudar a los sacerdotes en la ministración.
Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan,
y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo;
y guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo encargado a ellos por los hijos de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo
Números 3:6-8
Jesucristo dio el ejemplo del Sacerdote y el Levita porque eran los modelos a seguir en cuanto a conducta porque eran servidores de Dios.
El samaritano, quien para aquella época, era visto y comparado como un animal, tanto que los judíos no los determinaban.
La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
Juan 4:9
Aquel que era visto como una persona no apta para el Reino de Dios, por no ser netamente de la descendencia de Israel, fue el que agrado a Dios auxiliando al hombre herido en el camino.
El samaritano aprovecho la oportunidad de Dios, no le importo el tiempo ni la energía invertida en esa acción.
Debemos tener mucho cuidado de llamar a las oportunidades de Dios obstáculos.
Conectados con Dios
Cuando nos detenemos a ayudar a alguien que está necesitado significa que nuestro corazón está conectado con el de Dios.
Jesucristo sentía gran compasión por los necesitados:
Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos,
y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor
Mateo 9:35-36
Conclusión:
Nosotros revelamos nuestra condición espiritual en la forma que respondemos ante las necesidades.
Sin duda el Sacerdote y el Levita estaban muy lejos del Dios a quien presuntamente servían.
Si no estamos sirviendo al necesitado ¿para que servimos?
Predicador: Joe Rios de la iglesia en Houston